sábado, 19 de enero de 2013

This is a man's world

A veces le cuesta a una encontrar la forma de expresarse, sobre todo cuando se tiene la sensación de venir de Marte. Hace aproximadamente unos cuantos siglos, yo había empezado un proyecto de blog en el que supuestamente, los discos y grupos referidos deberían evocar las distintas etapas de una vida aún en construcción; y hace aproximadamente unos cuantos siglos, tenía en mente hacer una entrada con Bikini Kill por bandera. Resulta que leo en Diagonal varios artículos en los que se alude al machismo -polifacético, como siempre- en el ámbito musical de lo mundano por excelencia: el pop (ya sea mainstream o indie), e inmediatamente me digo: "¡coño! ¡Y tanto que si! Ahora recuerdo que..."
...Que hace tres o cuatro años, cuando ya no vivía en Coruña pero no dejaba de visitarla, en una de mis continuas estancias hice una breve paradita en una multinacional que se dedica a la venta de discos, entre otras cosas (voy a evitar nombrar dicha tienda, que una tiene una reputación en base a unos principios, y no es cuestión de perderlos ahora). Pues con la potra que normalmente me acompaña en estas hazañas, me encuentro un disco de importación por 10 €: Kill Rock Stars, de Bikini Kill. No me lo pienso dos veces, me hago con él y quedo con el que por aquel entonces era mi ligue. Vinilero de vocación y profesión, no pudo evitar preguntarme qué es lo que llevaba en aquella bolsa, así que con toda la ilusión que caracteriza a una melómana con disco recién comprado debajo del brazo, lo saco y le digo: "No sé si las conocerás". No dijo nada, pero yo sabía que aquello que se me acaba de escapar por la boca era una grave afrenta para todo un Doctor de la música. Pues dicho y hecho: el que era el sabelotodo del rockabilly al garage, pasando por el blues y su puta madre, no conocía a las riot girls de Olympia. "Pues no, no las conozco", aceptó, no sin antes añadir "pero no tienes por qué ir a esa tienda, donde trabajo yo te podemos encargar lo que quieras". Después preguntó qué tipo de música hacían, pero creo que no le interesaba demasiado, pues pese a tener el tocadiscos encendido, decidió que lo que iba a sonar sería otra cosa. Pero ahí estaba 'su tienda', referente del buen gusto, del canon, de lo que debe ser oído y conocido. Qué pena no haberlo puesto a girar y que hubiese sonado Double dare ya, para dejarle las cosas claras. Kill Rock Stars es una compliación y puede que suene pretencionso decir que significa 'esto o aquello', pero también es una compilación la vida, los recuerdos y lo que tengo que decir: hay que matar a las 'estrellas', algunas para siempre y otras quizás para resucitarlas con una nueva máscara. La música, con sus letras y toda su escena, es un discurso que guarda varios códigos, y entre ellos están los mensajes nuevos que se crean cuando son recibidos por un público que no es el objetivo, o que desde luego, lo transforma bajo su visión. Soy una mujer que espera escuchar discursos en boca de féminas, pero también capaz de modificar todo un legado viril con originales significados. Puede que no haya sido la mejor acción haber comprado en aquella multinacional -suceso desde luego bastante incoherente con la obra de estas mujeres-, pero lo hice sola, sin una vocecilla a modo de conciencia diciéndome qué era lo que debía escuchar o comprar.

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