viernes, 19 de agosto de 2011

De impresión

Esta vez el inseparable dúo (Ara y yo) nos  habíamos  repartido un discman con sus respectivos cascos para sobrevivir al mal gusto musical presente en el ambiente festivo de final de trimestre. No sé muy bien por qué, pero habían decidido hacer unas clases improvisadas de bachata en nuestro último día de instituto  antes de vacaciones. Tenían un radiocasete y estaban situados al final de la clase: nos ganaban en número y volumen, así que resignadas, nos sentamos en nuestros pupitres y pusimos el último disco que me habían regalado, ‘First impressions of earth‘. Fue el año en el que los Arctic Monkeys habían debutado y el indie/rock estaba resurgiendo. Aunque nosotras pensábamos que los de Sheffield habían venido a salvar el  mundo (idea que se desvaneció nada más escuchar su 2º disco), la voz de Julian Casablancas era más potente para evadirnos del ridículo espectáculo que se estaba llevando a cabo en la clase. Recuerdo que a Ara se le durmió una pierna y empezó a golpear el pie contra el suelo. Entonces, la profesora nos miró y dijo: “Shhhhhh, escuchamos música pero en silencio”. ¡Qué indignadas estábamos! No solo habían acaparado el reproductor de música y gran parte del perímetro, lo que nos obligaba a estar sentadas escuchando música solo por un oído recluidas en unas esquina de la aula, si no que no podíamos ni hacer el más mínimo gesto. Después comprendimos que la profesora había creído que aquel pataleo era una muestra de nuestra “furiosa” actitud rock que tan bien debimos mostrar a lo largo del curso para ser increpadas de esa forma. Pienso que eso nos animó un poco en nuestro interior y seguimos canturreando Vision of division. Puede que estuviésemos incomprendidas, en una esquina, pero hasta el más cazurro de ellos sabía de qué rollo íbamos.
A día de hoy, 5 años y medio después, ella todavía guarda el libreto de ese Cd. A veces, cuando hace limpieza y ordena su habitación me dice "Hey, ¿a que no sabes qué encontré el otro día? ¡El libreto de tu disco de los Strokes!" Pero, ¿para qué lo quiero yo ahora? Decirle que me lo devuelva sería como pedirle el divorcio.

2 comentarios:

  1. A Xisela y a mí nos encantaba también. Nosotras cantábamos "New York City Cops". Ella llevó el Cd en el bolso media semana :)

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  2. Pode soar raro pero foi un dos primeiros discos que merquei...e un dos primeiros grupos dos que me namorei de verdade...

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